NO dejes el traductorado si te motiva…
traducir profesionalmente
Desde el primer momento supiste que querías ser profesional de la traducción. Tenés un objetivo claro, no lo pierdas de vista. Nada que valga la pena conseguir viene sin un poquitín (o un montón) de sufrimiento. Si tu plan A no es esta carrera, bueno… ese ya es otro tema. Si te anotaste en la carrera por razones externas a vos, ahí sí va a ser difícil sostener todo a largo plazo porque realmente no hay algo dentro tuyo que te motive a seguir. En este caso, sería bueno que lo pienses mejor.
En 5to año de secundaria, yo tenía mi vocación docente decidida. Me aconsejaron que no siga una carrera terciaria porque supuestamente es mejor tener un título universitario. Buscando algún título equivalente en universidades, encontré la carrera de traducción y terminé optando por el interpretariado. Si bien es una profesión con la cual tengo cierta afinidad, no es mi prioridad. Naturalmente dejé esa carrera por tiempo indefinido porque me motivan más otro tipo de metas en la vida. Y eso está bueno tenerlo claro.
leer y escribir
Sinceramente, no entiendo que haya personas a las que no les gusta leer o escribir e igual se anotan al traductorado. Es bastante obvio por qué es una locura anotarse a esta carrera si no te gustan las dos actividades básicas que requiere la profesión. En general, lo que suele pasar es que te guste el inglés (u otra lengua) y pienses: “Mm, ¿a qué me puedo dedicar?” Lo primero que se te ocurre es ser docente, pero no querés ser docente. Todo termina decantando en: “voy a estudiar traducción”. Pero que te guste y sepas inglés no es suficiente. Necesitás leer y escribir un montón, en inglés Y EN ESPAÑOL. Si no te podés amigar con esto, ponete a pensar a qué te podés dedicar. Explorá todas las profesiones y oficios que existen. Si es necesario, andá a terapia vocacional. Todo es válido, pero “me gusta inglés” no es una razón suficiente.
aprender cosas nuevas
Para empezar, te tiene que gustar lo que estás aprendiendo ahora. ¿La angustia viene porque no te interesa lo que estás aprendiendo o porque te cuesta? Por las dudas aclaro que es normal que no te guste todo lo que ves en la carrera, pero si estudiar es un suplicio porque te aburre, dejá la carrera. Si te gusta lo que ves en las materias y, sin embargo, te es difícil; no te preocupes porque eso se arregla.
Además, cuando te recibas, vas a poder trabajar en distintas áreas y las posibilidades son prácticamente infinitas: traducir textos médicos o contratos, subtitular series o escribir el guión de un doblaje de un curso de negocios. Así que si sos una persona que se suele aburrir rápido, esta carrera es una buena alternativa. Si sos una persona curiosa, también estás en el buen camino porque para producir una traducción de calidad es extremadamente necesario que hagas una investigación profunda sobre cada tema. Nunca vas a terminar de aprender e investigar porque, incluso aunque te especialices en cierta área, nunca vas a terminar de aprender sobre cosas nuevas.
NO te dejes desmotivar por un bajo rendimiento académico
Que quede claro que a nadie le gusta sacarse bajas notas y recursar. Encima se hace más difícil cuando no falta la comparación, externa o interna (nosotres también solemos ser bastante malos con nosotres mismos), con otras personas. Ahora, probablemente no seas ni “Pepito que se recibió a los 21 años” ni “Fulanita que cursa 9 materias por cuatrimestre y se saca todo 10”; y, ¿sabés qué?: Está bien porque cada carrera es distinta. En las carreras teóricas, es suficiente con ser responsable y tener buenos hábitos de estudio. Pero traducción no es una carrera teórica, es teórico-práctica. Podés leer un montón de teoría e igual resolver mal un problema de traducción. Entonces ni se te ocurra compararte con algún conocido que estudie una carrera distinta.
Te falta práctica
A algunos nos cuestan algunas cosas más que a otros, así que puede ser que lo que te falte sea práctica extra. Sí, la práctica hace al maestro. Tal vez necesites recursar una materia 3 o 4 veces para poder aprobarla, pero pensá que estás acá para aprender. En vez de darle vueltas a por qué te seguís sacando bajas notas, enfocate en qué es lo que sí estás aprendiendo, qué es lo que pudiste ir mejorando, y cómo progresar aún más. Si tenés la posibilidad de ir a sesiones de tutorías de traducción o fonética, andá. En el Lenguas tenés esa posibilidad de forma gratuita. Simplemente coordinar con le docente y listo. También está la posibilidad de pedirle a un profesional graduado que te tutoree de forma particular, aunque eso suele ser mucho más caro.
¿Sos la única persona a la que le va mal?
Dudo que a todo el mundo le vaya re bien en todas las materias. Sí, estoy planteando que la frase “mal de muchos, consuelo de tontos” no es tán cierta. Si a más de una persona le cuesta, significa que es difícil y que hay que esforzarse más; no que sos inútil y no servís para esto. Puede llegar a ser muy cuesta arriba mantener la cursada, pero se hace más fácil con el apoyo de una red de contención: entre compañeres pueden “consolarse” y apoyarse para no bajar los brazos.
Asimismo es importante fijarse en les estudiantes que aparentan tener una facilidad innata. Observalos bien: ¿es la primera vez que cursan esta materia?, ¿leen o escriben más que vos?, ¿van a tutorías? A veces es más difícil identificar cuál es la razón para ciertas facilidades, pero igualmente es bastante útil reflexionar sobre los posible motivos. Quién sabe, tal vez puedas replicar alguno.
El esfuerzo vale la pena
Eventualmente llega la recompensa. Tarde o temprano te vas a recibir y vas a poder ejercer la profesión que tanto te apasiona. Así que no bajes los brazos sólo porque el camino esté lleno de obstáculos.
[carousel_slide id=’679′]
[carousel_slide id=’346′]