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Resistir a la tentación

¿Querés empezar a trabajar para poder pagarte tus cosas? ¿Estudiás y trabajás? Este artículo es para vos.

Advertencia: Esta entrada del blog no está destinada a las personas que tienen que contribuir sustancialmente a la economía familiar. Con esto me refiero a personas que tienen que pagar un alquiler, que tienen personas a cargo, o que realmente necesitan trabajar para contribuir a mantener su hogar. Si no te mantiene tu familia (padres, abuelos, pareja, etc), entonces no te sientas ofendido porque este artículo no está dirigido a vos. Este artículo es para las personas que tienen techo, comida, vestimenta (básica), y algo extra para pagar la SUBE y las fotocopias.

El día sólo tiene 24 horas

Y la semana sólo 7 días. Es algo que se hace evidente en momentos como el de ahora: tengo que terminar de escribir este artículo a último momento. Lo que quiero que entiendas es que cursar 6 materias por cuatrimestre más la segunda lengua extranjera lleva tiempo, bastante. Las personas solemos sobreestimar el tiempo que tenemos disponible, por te invito a que hagas una cuenta conmigo.

Vamos a suponer que dormís 8 horas diarias y te quedan 16 para hacer todas tus actividades. Ahora restale el tiempo de viaje hacia y desde el Lenguas. Si vivís relativamente cerca, son 2 horas de viaje por día de cursada, los que viven más lejos gastan 4. Eso te deja con sólo 14 o 12 horas disponibles.

Ahora vamos a ver el tiempo que tenés que dedicar a asistir a las clases, o sea el tiempo que pasás dentro del Lenguas. Voy a tomar como testigo a un estudiante de primer año del profesorado de inglés, pero dudo que los que cursan otras carreras tengan una realidad muy distinta. Sólo haciendo las materias anuales son más de 10 horas por semana, si agregamos las materias cuatrimestrales son 20 horas por semana en total. Es prácticamente un trabajo a medio tiempo.

Eso te deja en promedio con entre 9 y 7 horas libres por día dependiendo de dónde vivas. Esto sin tener en cuenta necesidades básicas, como comer, y no tan básicas como bañarte y cepillarte los dientes, por ejemplo. Eso nada más considerando que no hacés las compras, cocinás, lavás la ropa, planchás… El tema es que no son horas libres porque asistir a clases es sólo una parte de tu vida de estudiante.

Estudiar es trabajar

Como ya mencioné, asistir a clases es muy importante para mantener la regularidad y aprobar la cursada, pero es sólo una parte de estudiar. En tu casa siempre vas a tener que leer, hacer ejercicios, practicar, escribir para las entregas, y todo lo que signifique aprender lo necesario para aprobar las materias que estés cursando. Entonces ya deja de ser un trabajo de medio tiempo, empieza a absorber tu vida. Vida social, ¿sos vos?

Y no sólo es una cuestión de tiempo: Aprender y conseguir aprobar una materia requiere esfuerzo, tiempo y dedicación. Algo parecido pasa con el trabajo: aunque te guste, es cansador; tenés que hacer cosas en tu casa; a veces tenés temas en la cabeza que no te dejan pensar en otra cosa. Y algo que los que ya trabajan como docentes saben: trabajar también es estudiar. Por ahí te pasás horas investigando sobre un tema y no te dás cuenta.

El problema es que cuando te pagan por hacer algo, uno lo prioriza. No sólo por el miedo a perder el trabajo y la fuente de ingresos, sino porque alguien depositó confianza en nosotros y porque hay alguien que depende de nosotros. El problema de priorizar el trabajo por sobre el estudio es que este último queda en segundo plano, cuando tendría que ser tu objetivo número uno. Más de una vez lo dejé todo en la cancha “por los chicos”, pero eso me sacó tiempo y energías para aprobar las materias que tanto necesitaba.

¿Entonces qué hago?

No trabajes, estudiá. Si trabajás, hay dos opciones. La primera opción es que vayas más lento en la carrera. La segunda opción es que igual te recibas en el tiempo esperado, pero con menos nota. En ese caso vas a quedar en desventaja para posibles becas. Lo peor de todo: no conozco a alguien que haya logrado recibirse a tiempo mientras trabajaba. Y esto es así porque todo se resume a lo que te comenté tus prioridades: cuando trabajás, tu foco cambia.

Si bien cierto que podés trabajar muy pocas horas, es importante que consideres el tiempo de viaje, las exigencias de tu empleador (y las tuyas, que en muchos casos son las más altas), y el costo asociado que tiene trabajar.

¿Tenés idea de lo que cuesta trabajar? Si trabajás, vas a tener que vestirte bien. En mis primeros años de trabajo gasté un montón de plata en ropa. Si trabajás, vas a tener que gastar más plata en la SUBE. Y vas a pasar más tiempo en la calle, lo que va a hacer que gastes más en kiosco y lugares para comer. In this economy, no me parece negocio.

Tenés que tener muy en claro cuáles son tus objetivos. Si tenés tus metas bien definidas y sabés lo que tenés que hacer para lograrlas, vas a estar bien. Lo que suele pasar cuando trabajás y estudiar es que vivas estresada, te falte tiempo para todo, y gastes más plata de la que hubieras gastado sin trabajar. Por eso mi consejo es que no trabajes y sólo estudies. Si querés tener experiencia, esperá a tener el 70% de la carrera aprobada y anotate en el estado para hacer suplencias cortas (o más largas).

Pero necesito trabajar ahora

¿En serio? ¿Realmente necesitás trabajar? Necesitamos dinero para absolutamente todo, sí. Pero como aclaré antes, ¿tenés que pagar el alquiler y las expensas o comprar comida? Si tenés lo absolutamente necesario para vivir, entonces no necesitás conseguir un trabajo ahora. Lo que necesitás es estudiar y recibirte lo más rápido posible.

Nadie necesita comprarse ropa de marca o vestirse como una instagramer. Si te hace mal, dejá de seguir ciertas cuentas en las redes sociales y listo. ¿Quién dice que hay que vestirse “bien”? ¿Quién dice que está mal usar ropa gastada o remendada? No es ninguna vergüenza usar ropa demasiado usada si estás estudiando. De paso le das un respiro al planeta: googleá cuáles son las industrias más contaminantes (spoiler alert: la industria de la indumentaria está en el segundo puesto).

Nadie necesita ir a Starbucks, Tostado, Farinelli o The Shelter. A mí me encanta la leche con cacao, pero ¿sabés que con la plata que gasto en un vaso en uno de esos lugares puedo tomar leche con cacao toda la semana? Tampoco es obligatorio comprarse un alfajor en cantina (ni muy saludable o ecológico que digamos). Desayuná en tu casa, traete una botella con agua y algo para picar si sabés que te va a dar hambre en el recreo.

Nadie necesita ir a Lollapalooza o al concierto de su banda favorito. La anteúltima vez que vino Paul Mccartney a Argentina dije: la próxima, tengo que ir a verlo antes de que muera… porque es Paul. ¿Lo fui a ver? No, porque mi billetera dijo “ya está muerto” y la escuché. “Ay, pero son los Arctic Monkeys y los AMO.” “Ay, pero es X banda, ME MUERO.” Primero: no, no te vas a morir. Segundo: si te vas a seguir comportando como una adolescente, no te va a ir muy bien en la vida.

Nadie necesita ir a vacacionar a Disney, Europa, Tailandia, y tampoco a recorrer el país de mochilerx. Antes la gente esperaba a recibirse para ir a conocer Europa, ahora llega a segundo año y le parece lo más normal gastar fortuna en un viaje porque tiene un trabajo que le cuesta tiempo que podría haber estado estudiando. Si hacés más plata de la que necesitás, ahorrá. Esa plata te puede servir para irte de viaje cuando te gradúes, o cuando tengas que hacer las prácticas y la residencia y no puedas trabajar tanto.

“Hay que vivir ahora porque uno no sabe lo que va a pasar”. Es verdad, te pueden pegar un tiro o te podés morir de cáncer, pero ¿sabés lo que es incluso más probable? Que vivas hasta los 100 años o más, así que te conviene ir pensando en tu futuro. Morirte mañana sería el camino fácil porque no vas a tener que seguir pagando la cuota de la tarjeta de crédito por tu compra estúpida. “Agradezcan lo que tienen” es el mensaje que dió nuestra compañera del Lenguas, no “compren todo lo que puedan”. Así que no usen esta excusa de “la vida es corta” para tomar pésimas decisiones.

Pacto de pobreza

Hay que dejar de delirar la guita al menos por dos años. Mejor cuatro años y medio (el promedio que debería llevar la carrera en condiciones normales). Idealmente hay que dejar de gastar plata en boludeces para toda la vida, pero sé que estaría pidiendo mucho. Aguantá lo que dure tu cursada en el Lenguas al menos: hacé un pacto de pobreza.

Aclaro que uso la palabra “pobreza” como una exageración para que la gente de clase media entienda que tiene que vivir frugalmente durante sus años de estudiante. Si te hace ruido porque hay gente que es realmente pobre, a mí también me hace ruido, mucho más in this economy. Pero igual me parece bastante clara y memorable la frase “soy estudiante, soy pobre”. En el significado que usan las personas cuando dicen “estoy pobre” al hacer referencia a, por ejemplo, que no pueden ir a un concierto, viajar, o comprarse ropa a la moda.

Tal vez tengas en la cabeza muchos retruques para este consejo, pero te propongo algo: Te pido que mires la película entera. Si podés estudiar y nada más, agradecé y tomá esa oportunidad. Pensá en el largo plazo y qué te conviene en el futuro. No pienses sólo en tus necesidades (o caprichos) de ahora. Si tenés un jean gastado y quierés verme más presentable, tal vez pienses: “tengo que conseguir un trabajo así compro mi propio jean”. Pero ese pensamiento es de corto plazo.

Si pensás a largo plazo, te das cuenta de que no trabajar te da más tiempo y energía para estudiar. De esta forma te va a resultar mucho más fácil recibirte en el tiempo previsto: cuatro o 5 años, dependiendo del plan de estudios. Una vez recibida, vas a poder trabajar. Vas a poder comprarte ese jean que tanto querés, vas a poder ir a ese concierto, vas a poder visitar ese lugar que tanto te fascina. Simplemente hay que ser paciente y perseverante.

No es que no podés hacer todas estas cosas, ¿pero no estaría más copado hacerlo como un premio después de tanto esfuerzo? No sólo no perjudicás tus estudios, sino que te das otra razón más por la cual recibirte rápido. Tal vez te parezca difícil vivir en una sociedad con mensajes contradictorios, pero no tenés que transitar este camino solo. Buscá aliados: Fijate qué compañeros tienen tus mismos objetivos y armen un equipo de apoyo. Hagan un “pacto de pobreza” y gasten lo mínimo necesario para no tener que trabajar y poner a sus estudios como prioridad número 1.

Veamos toda la película, no sólo el avance. Tomemos mejores decisiones para nosotros y para los demás.

Invitame un café en cafecito.app 

Agustina La Porta

Directora fundadora
Profesora en Inglés para la Enseñanza en el Nivel Medio y Superior egresada del I.E.S. en Lenguas Vivas "Juan Ramón Fernández".
Interina en escuela primaria plurilingüe (GCBA).
Dictado de clases de inglés por videoconferencia a través de Zoom.
Mi Telegram es @educacionylenguas y mi mail: alaporta@educacionylenguas.com

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