Por qué no apostar a Enseñá por Argentina
La mirada crítica cambia la percepción y nuestras conclusiones. Este es un artículo de opinión, o sea, es subjetivo; pero igualmente apunto a hacer un análisis objetivo. Por una cuestión de tiempos, no puedo profundizar en ciertos puntos. Aunque seguramente con el tiempo pueda seguir investigando y llegando a conclusiones para compartir en publicaciones futuras.
La realidad es que este proyecto tiene aspectos positivos y creo que hay que fomentarlos. Sería muy bueno trabajar en conjunto y no oponerse por preconceptos ideológicos y asociaciones tribales. Es muy burdo caer en la demonización de esta ONG y sus directivos como si tuvieran un plan diabólico. Sin embargo, tengo que advertirles que tampoco es bueno ver a esta ONG como si fueran todos angelitos. Y no me refiero a que la gente sea mala o tenga malas intenciones, pero en su estrategia de comunicación exageran una visión idílica del alcance de su trabajo.
Antes de ponerme a escribir este artículo, hice la búsqueda de “Enseñá por Argentina” en YouTube y me desagradó que se apele tanto al sentimentalismo. La música de fondo, las tomas a gente que llora, el discurso… Entiendo que necesiten reclutar voluntarios y recaudar fondos, pero si lo que nos interesa es la educación de nuestro país, tenemos que ser un poco menos superficiales para tomar mejores decisiones.
¿Qué es Enseñá por Argentina?
Es una organización no gubernamental parte de la red Teach For All. Su misión es ayudar a garantizar una educación de calidad para todos los niños y adolescentes de Argentina.
Hay un dos puntos polémicos que comunican en su página, pero que no voy a poder abarcar en esta publicación: “terminar con la inequidad social a través de la calidad y el liderazgo educativo.” Por si no se dieron cuenta, el primer punto es la creencia de que con educación (sólo educación) se termina el problema de la pobreza, y el segundo es el “liderazgo educativo” (lo que sea que signifique).
¿Qué puede aportar a la educación?
Me parece una buena idea seleccionar candidatos que cumplan con el requisito de la vocación. Esta ONG selecciona candidatos con ganas y que se ajustan a ciertos valores. Estas personas realmente quieren provocar un impacto positivo en el país. Están llenos de ilusiones y energía, y esto no es menor. No tenemos que olvidar que no siempre se elige la docencia por vocación, es un trabajo más con el que la gente se gana la vida. Tal vez no pase en la Ciudad, donde faltan docentes, pero en muchos lugares de nuestro país la profesión docente se elige por descarte porque es uno de los pocos trabajos calificados con demanda y un sueldo estable.
Además, son egresados universitarios de distintas disciplinas. Los profesores que están insertos en el mercado laboral (por fuera de la docencia) están más en contacto con “el afuera” y esto hace que puedan tener una mirada distinta. Me parece super enriquecedor que los estudiantes secundarios tengan acceso a la experiencia profesional de sus docentes. Siendo este el punto más atractivo, ¿por qué no los dejan que sigan desarrollando su profesión para poder enriquecer la experiencia áulica? Durante el programa se les pide una dedicación a tiempo completo. Si son obligados a ejercer la docencia 40 horas por semana, es muy poco probable que puedan ejercer su profesión.
¿Los postulantes a este programa son profesionales?
Me parece que hay un problema de concepto que no puedo dejar pasar. Al parecer, ser profesional es sinónimo de ser egresado universitario. Sinceramente creo que esta es una simplificación que lleva a tomar decisiones erróneas, por ejemplo, el proyecto de la UNICABA.
Por más que repitan la frase “joven profesional” una y otra vez no los va a hacer más profesionales. Cuando pongo profesionales entre comillas, lo hago porque serán contadores, abogados, ingenieros, pero no son profesionales docentes. Serán profesionales y punto (aunque es discutible, ya aclaré que profesional no es sinónimo de egresado universitario).
Un profesional docente tiene que tener una sólida formación en la disciplina que va a enseñar, en la didáctica específica de esa disciplina, y experiencia en la práctica docente. No necesariamente un egresado universitario tiene una excelente formación en la disciplina a enseñar, pero hagamos de cuenta que sí. En general, los ciclos pedagógicos y profesorados universitarios dan didácticas generales, pero no suelen profundizar en las didácticas específicas de cada disciplina. Una conocida me contó que en el profesorado de inglés de una reconocida universidad privada no tuvo materias pedagógicas en inglés. Ya vamos mal.
Igualmente lo que más me insulta es que, para este programa, los jóvenes “profesionales” sólo tienen que comprometerse a ejercer la docencia durante dos años. ¿Son suficientes dos años para llegar al punto cúlmine de nuestra habilidades docentes? Está bien, son jóvenes, tienen compromiso, tienen pasión… pero la experiencia también es muy valiosa. No quiero un recambio cada dos años de jóvenes animados. No quiero un “use y tire”. No quiero exigencias desmesuradas para quemar a esas personas y que no ejerzan más. Yo quiero docentes comprometidos con la educación y la práctica a largo plazo.
Apostar a la educación en serio en Argentina
Antes de estudiar en el profesorado, yo estudiaba traducción en una universidad. En realidad mi objetivo era ser docente, pero me habían convencido de que un título universitario era mejor que uno terciario. Un día vi en las carteleras afiches de “Enseñá por Argentina”. Me sentí completamente interpelada, porque yo también tengo la fantasía de mejorar el mundo a través de la educación, y para eso es necesario revalorar el rol docente.
Estuve cerca de recibirme en la universidad y postularme a este programa, pero en algún momento descubrí el Lenguas y fue la mejor decisión que pude haber tomado. Aunque el título de profesor valga lo mismo en cuanto a puntaje para conseguir un cargo, me siento mucho mejor preparada para ejercer la profesión al haber pasado por un profesorado terciario en vez de haber hecho un ciclo pedagógico. No me equivoqué en suponer que una institución que se dedica específicamente a formar docentes desde hace años iba a saber hacerlo mejor.
Esa es una de las variables que te convierte en profesional: una buena formación, no un título habilitante.
Y me parece que desde Enseñá por Argentina se dieron un poco cuenta de esto, porque en estos años agregaron la posibilidad de aceptar postulantes de profesorados universitarios.
Tal vez en otro momento pueda hacer una comparación entre la formación inicial en uno de #NuestrosProfesorados y en una universidad. Lo que sí te puedo decir ahora es que si estás convencido de que hay que apostar a la educación de calidad, tenés que apostar por la PROFESIÓN docente.