Sin categoría

No quiero volver a la escuela

No tengo ganas de volver a la escuela y creo que tenemos que hablar de esto.

Sé que a la gente le aburre que los docentes nos quejemos de nuestras condiciones laborales, pero la verdad es que si no ponemos estas cuestiones sobre la mesa no podemos decir que nos interese la educación.

Después de todo, nosotros somos los agentes de primera línea que deben garantizar el derecho a la educación. Si nosotros no estamos bien, la educación no puede estar bien.

Realmente en este canal quiero incentivar a que más gente ejerza la docencia de una forma profesional y comprometida, pero sinceramente no podemos avanzar a base de buena voluntad solamente.

No se puede, gente. A veces pienso que la solución sería tener un marido con plata que me mantenga pero acá tenemos dos problemas:

El primero es que la mayoría de los docentes somos mujeres y la mayoría de las trabajadoras de la educación son jefas de hogar. Lo cual significa que o mantienen el hogar con su sueldo, o son las aportantes mayoritarias a la economía del hogar.

El segundo problema es que si realmente queremos profesionalizar la docencia, no podemos ofrecer salarios y condiciones laborales dependientes de “la vocación”. No soy un santo, soy una persona que ve que otras personas de mi misma edad y nivel socioeconómico, bueno, nivel social, hacen homeoffice y reciben bonos por productividad.

Y de verdad, muchas veces pienso: ¿debería renunciar? Si salto del Titanic ahora, ¿me salvaré?

No quiero usar mi tiempo de capacitación para cambiar de profesión, quiero usarlo para mejorar las oportunidades de aprendizaje que les ofrezco a mis estudiantes. El tema es que para realmente mejorar el entorno de aprendizaje de mis estudiantes no es suficiente el tiempo y dinero que invertí todos estos años en aprender cosas nuevas.

Necesito poder aplicar eso en el aula. Y para aplicar eso en el aula necesito tiempo de planificación. Sí, pensar, establecer objetivos, analizar la situación y cambiar acciones.

Pero no tengo tiempo para hacer todo eso. Debería hacerlo en mi tiempo libre y me da bronca que sea así porque si yo uso el tiempo que no voy a la escuela para investigar, para planificar, para preparar materiales, para pensar estrategias para manejar el grupo, no puedo usar ese tiempo para dar más horas de clase que es lo único que me genera ingresos.

Yo tengo un cargo de 16 horas, pero podría estar 8 horas más en mi casa para asegurarme de que todo funcione bien y los chicos que tengo a cargo tengan la mejor experiencia educativa posible.

Este año me estoy revelando y trato de no hacer nada o lo mínimo en casa, pero la realidad es que si no me tomo el tiempo de pensar al menos, es imposible dar clase de una forma más o menos digna.

Porque yo voy al aula y veo que hay cosas que no están funcionando, entonces tengo que ajustar, y para ajustar tengo que analizar la situación y hacer cambios. Y eso requiere de tiempo y esfuerzo. Un tiempo y esfuerzo que no me pagan.

Para colmo, con esto de la pandemia tengo más obligaciones. No quiero hablar del protocolo que ahora parece que va a cambiar porque… es humillante. Es humillante que me hagan firmar que leí y voy a hacer cumplir un protocolo dificilísimo de aplicar en un aula normal. Porque yo si firmo que voy a hacer algo, necesito hacerlo.

Pero es que es imposible. Es muy frustrante trabajar así. No aguanto, me agota.

O tener que hacerme cargo de la educación de los exceptuados. O sea, todas mis horas son frente a alumnos. La solución que encontraron fue ponerme una computadora en el aula para que mientras doy la clase a los que van presencial, también se puedan conectar y ver la clase que doy.

Y esa “computadora” es una de las tablets que tiene la escuela, una computadora que anda más lenta que mi celular, que no tiene buen sonido, con pantalla chica, y que no suele estar cargada de batería. Una computadora que comparte todo el mundo.

Entonces pasa que tengo que conectar la tablet a un toma corriente que está a dos metros de altura, porque mucha revolución tecnológica, pero me ponen el enchufe ahí arrba.

Entonces es imposible apoyar eso mientras se carga. Lo tengo que tener en la mano.

Y como no se carga rápido, tengo que quedarme en el rincón del aula rezando que lo chicos hagan lo que les pido. Y bueno, son niños de 7 años, más de 10 minutos no van a pasar haciendo una actividad por su cuenta.

No digo que sea imposible tener una clase híbrida, pero tener que planificarla me da bronca. Tener que ejecutarla me da bronca.

Todo me da bronca porque siento que siempre con los mismos recursos hay que hacer más cosas. Y los recursos los termina poniendo el docente.

Y estoy cansada. Necesito vacaciones y temo que estas dos semanas no alcancen para el desafío del segundo cuatrimestre.

No quero ser la profe chanta, pero necesito poder sobrevivir como ser humano.

Voy a tener que hacer lo que pueda, lo que me dé.

Y les juro que hace falta muuucho trabajo para que los chico aprendan.

Así que no sé qué va a pasar.

Pero mínimo que los que no trabajan en la primera línea en la educación obligatoria no se llenen la boca hablando de educación.

Ni se les ocurra hacerse los superiores hablando sobre educación si a los docentes no nos dan las condiciones adecuadas para hacer bien nuestro trabajo.

En dos semanas voy a compartir una secuencia que armé para ponerle onda a mis clases. Voy a seguir compartiendo cosas copadas, pero no quiero que piensen que todo es color de rosas porque yo estoy al límite como ser humano. En parte por el SPM.

Si el sistema no ayuda, no es sostenible en el tiempo seguir apuntando alto.

Una no puede apuntar alto solitariamente, es una cuestión colectiva.

Lo primero que tiene que apuntar alto es mi salario.

Invitame un cafecito así puedo seguir creando contenido: https://cafecito.app/educacionylenguas

Agustina La Porta

Directora fundadora
Profesora en Inglés para la Enseñanza en el Nivel Medio y Superior egresada del I.E.S. en Lenguas Vivas "Juan Ramón Fernández".
Interina en escuela primaria plurilingüe (GCBA).
Dictado de clases de inglés por videoconferencia a través de Zoom.
Mi Telegram es @educacionylenguas y mi mail: alaporta@educacionylenguas.com

https://www.linkedin.com/in/agustinalaporta/
Back To Top